Cuando se empieza una vida todo es ilusión y esperanza, todo es alborozo alegría y sueños, pero siempre hay un miedo que debemos intentar frenar, a eso le llamo la continuidad de la vida y debemos prestarle la mayor atención.
Cuando creamos una imagen de marca con su manual corporativo, sus aplicaciones en cartelera y todo lo que ello conlleva y se lo entregamos al cliente, nos desprendemos de ese trabajo y nos debemos a que hagan un uso responsable de la imagen que entregamos, para alargarle la vida o en su defecto acortársela.
Por ello al crear un manual con sus imágenes, sus colores bien explicados tanto en CMYK como RGB y al cabo de unos meses vemos el logo o la imagen distorsionada, alargada eso, al menos a mi me produce una pequeña desazón por eso el valor de cada diseño se puede medir por la popularidad que obtiene con la gente que lo emplea, ya sea en un objeto, un espacio, una información o en las más diversas aplicaciones de marketing y publicidad con las que todos conectamos a diario. Como máximo desafío, deberá ofrecer la máxima funcionalidad a sus usuarios y representar un todo coherente e integrado en las diversas aplicaciones.
Pero no solo de los logos radica el problema, también esta la tipografía, como la Papirus, una tipografía masiva muy bonita pero siempre que paseo y miro algún rótulo allí esta o sin ir más mejor la exitosa película de Avatar, también la lleva
Por cierto, podéis entrar (de hecho, lo recomiendo, para que comprobéis vosotros mismos el mal uso que se hace de ella) en este blog: http://www.papyruswatch.com/
Pero también esta la tipografía Revue, que encontramos en todos lados, culpa de diseñadores o diseñadorcillos que ven en la tipografía su mejor aliado.
Una mala utilización puede llevar al Caos, aunque muchos se niegan a admitirlo. No hablaré de la Comic Sans
Es por esto que muchas veces entre “diseñadores” y directores se empeñan en arruinar la vida de un logo. Por favor STOP.
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